El valor de las cosas
Nos ha tocado vivir una época en la que nos sentimos en la obligación a prestar nuestra atención hacia un sinfín de “cosas”, entrecomillo porque quiero referirme a un todo, desde tu pareja, tus hijos, tus familia, tus amigos, tu trabajo, hacer ejercicio físico, estudiar, tu casa, tus finanzas …
Todo eso está muy bien y es realmente encomiable, pero no es nada fácil, es posible que ni con días de 48 horas podríamos dedicarle tiempo a todas las “cosas” que nos comprometemos atender.
Por este motivo es determinante saber exactamente dónde ponemos el foco para que el coste de nuestra atención sea el que realmente queremos.
Me encanta la acepción que hace la RAE de la palabra foco:
“Lugar real o imaginario en que está como reconcentrado algo con toda su fuerza y eficacia, y desde el cual se propaga o ejerce influencia”
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